MI TRABAJO DE GRADO

Por. Armando Montealegre A.

Imaginemos esta situación que tiene una mezcla de realidad y ficción (tomada de la experiencia).

- ¿Por qué vienes a esta Universidad? – pregunta el profesor a su estudiante.
- Porque me quiero graduar aquí – dice la joven de ojos rasgados, voluminosos y expresivos, dominantes.
- ¿Y qué piensas hacer para graduarte en esta Universidad?
- Primero que todo, sacar buenas notas, aprender a hacer bien las cosas, y pensar en algo que me llame poderosamente la atención; es más, desde este primer semestre, con su clase donde nos pone a pensar, a reflexionar, a cuestionarnos sobre el profesional del siglo XXI, creo que voy a empezar a pensar con qué me voy a graduar.
- Para lograr tan ambiciosa y alcanzable meta, es necesario que te hagas un autoexamen: ¿cuáles son tus fortalezas?,¿ en qué eres buena?, eres excelente haciendo eso, porque lo que vayas a hacer tienes que pensarlo como algo que impacte, que transforme.
- ¿Cómo así, profe?
- No te preocupes, es hacerte preguntas para ir tras la huella de algo, tener esa capacidad de búsqueda, de confrontarte con otros, de hacer equipo, de tener disciplina, responsabilidad, compromiso ético: en otras palabras, tener esa actitud investigativa que siempre has mostrado en clase. Preocúpate por esto: ¿en dónde cabe lo que yo voy a hacer?, ¿hasta dónde llega lo que yo voy a hacer? Es decir, ten en cuenta esas tres cosas:¿qué voy a hacer?, ¿cómo lo voy a hacer? , ¿qué resultados espero obtener con mi trabajo de grado? Esas mismas preguntas con sus respuestas, en tiempo pasado, te harás cuando vayas a sustentar tu trabajo.
- Lo duro es escribir y tener unas bases de otras materias – dice ella como preocupada y a la vez entusiasmada.
- Escribir investigación es muy diferente a como se escribe un texto narrativo; la mayoría de los trabajos son expositivos, argumentativos, explicativos, propositivos. Para eso debes acudir a las herramientas de la escritura que yo te puedo facilitar, cógelas, son tuyas, yo te acompaña a que las uses. Y por otra parte, si has visto materias como Epistemología, Metodologías, pues, eso te ayuda, sin embargo, con tu tutor y tu actitud abierta, irás aplicando cada una de estas etapas en tu trabajo.
- Lo importante es querer hacer lo que se piensa hacer, disfrutar lo que se hace, ¿cierto, profe?
- Claro, y tener la actitud de buscar posibles verdades mediante varios caminos para que tú elijas el tuyo. Por tal razón, ten la disciplina de escribir en tu diario de campo, diario de investigación, grabar voces, escuchar a expertos, hacer uno, dos, tres borradores, buscarle sencillez y claridad a lo que quieres decir. Recuerda que escribes para un lector, un jurado. Detrás de él vienen otros a consultar tu trabajo. Se escribe para ser leído. No te salgas del hilo conductor del trabajo.
- Yo pienso seguir estudiando…
- ¡Claro!, ni más faltaba. Y siempre te pedirán un método, un camino para hacer tus proyectos, y debes entrenarte con eso para toda la vida, no debe leer solamente para hacer un trabajo, sino leer y escribir para que eso te sirva siempre, te deje huella. Organiza tui tiempo, ama con pasión desenfrenada tus momentos de encuentro con tu trabajo de grado. Así lo sacarás rápido.
- Profe, ¿cuándo empezamos?
- ¡Ya! Primero haz este ejercicio: invéntate algo que sea de impacto, transformador, que tenga relación con tu carrera y pásalo por estas preguntas: ¿qué hacer?, ¿por qué hacerlo?, ¿para qué este invento?, ¿cómo hacerlo?, ¿cuándo hacerlo?, ¿con quién hacerlo?, ¿cuánto tiempo perdurará mi invento? Ahora, después de resueltos tus interrogantes, te decides, buscas a tu tutor que te va a acompañar en esta tarea…y ¡listo!, a graduarte. Tienes 20 minutos para narrar, contar, explicar, persuadir, comentar tu trabajo ante un jurado y 50 páginas que han demostrado el gusto por lo que hiciste: buenos párrafos, excelente redacción, bibliografía apropiada, demostración contundente de los procesos, objetivos alcanzados…Y ya eres una egresada graduada…Alguien dijo que” los locos abren el camino que seguirán los sabios”.
- Profe, hemos hablado como Sócrates: con la mayéutica.