Minicuento: PUERTO DOLOR
Cuando Ángel partió hacia el puerto, enmudecido por esa constante inquietud de pensar que en ese veraniego lugar la encontraría, sintió el vendaval de una mole de amor que arropaba y oprimía todo su cuerpo.
Y era verdad, pues ella le había prometido a su amante de turno que allí lo había conocido también a él, a Serafían, por tanto, la historia tenía que definirse abrigados por el hálito de aquellas cálidas aguas o de lo contrario, el amplio espacio del amor se abriría de par en par para que en él entraran las pasiones incontrolables de Ángel y Serafín al mismo tiempo.
Ellos no lo quisieron así; por eso, en el momento cuando él llegó a la ribera oriental del río y los vio junto a la roca, que aún se encuentra diagonal al puente colgante, disparó su pistola con premeditada locura y los tres, a los dos días, aparecieron en un pueblo de pescadores, desfigurados sus cuerpos por aquel funesto viaje a través del río del amor.
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