Diario del Profe

Pedagogía y literatura

sábado, junio 11, 2011

¿QUÉ HACER CON LA POESÍA? Decálogo

1. Se debe crear y fomentar un ambiente propicio para hablar de poesía, especialmente para su lectura. Un espacio agradable, atractivo, embellecido por la fragancia de las palabras y que invite al emanoramiento del lector.Así podemos cerrar los ojos e imaginar el deslizamiento de la tierra, la caída de una catarata, el galopar de un caballo, el aleteo de una liciérnaga, la nube que coquetea con las plantas, las palabras de amor de los enamorados, el furtivo beso...

2. No hay que considerar la poesía como un régimen de escritura de eruditos. Lo sencillo es majestuoso, sublime, inmenso por su fondo y su forma; por consiguiente, debe llegar a todos.

3. La poesía se vive como goce, como vida ( las grandes hazañas se comparan con la poesía, por ejemplo, un gol, El poeta de la zurda...) porque ella está rodeada de unos demonios y duendes benignos y traviesos que bailan con la musicalidad del poema para ponernos a pensar si el lector es parte de esos versos y por qué su autor o autora pensó en mí en su poema.

4. Toda lectura merece respeto, solemnidad, y más la poesía. El silencio permite abrir las llaves del autor o autora y de sus metáforas para que todo esa corriente llena de armonía invada el cuerpo y la mente del lector. Leer la poesía como un ritual.

5. Se debe leer poesía diariamente, como abrebocas o entrada o inicio del día. Tal acción vale más que aquellos discuros abuurridores e interminables que no dejan huella en una clase. Hay que propiciar que los estudiantes sean lectores de lo maravilloso para que tengan el encuentro fraterno con los poetas en el mundo de los inmortales.. Y eso se logra con la sensiblidad poética.

6.Hacer de las imágenes poéticas algo tangible, real, cercano, cotidiano para disfrutar la belleza de un poema. Las pausas, la sonoridad, los tonos de los versos dicen muchas cosas por sí solos.

7.Imaginar la musa o las musas que el poema lleva de la mano, la fuente de inspiración de quien escribe.

8.Tomar una palabra sencilla, por ejemplo, noche, y deducir, navegar, extrapolar una semiótica de la noche: qué y cómo es , quiénes la habitan, dónde duerme, si es triste, alegre, ruidosa...

9. Tomar un verbo, o varios verbos y jugar con su significado, omitirlo, negarle su uso, vivirlo, cambiarlo; cómo galopar me desplaza por praderas, sabanas, llanuras..

10. Preguntarme, ¿quién escribió este poema para mí?, ¿cuándo? , ¿ qué lo llevó a pensar en mí?, si hay sinceridad en lo que dice, o tiene miedo de tomar partido...

Nota: todo se resume en ¡vivir la poesía!