Diario del Profe

Pedagogía y literatura

domingo, octubre 28, 2007

¿QUÉ HACER CON UN LIBRO QUE SE QUIERE LEER?

En el artículo anterior hablábamos de leer para sentir. Hoy hablamos de leer para hacer. ¿Qué hacer con la lectura? Vivir, jugar, recrearse, enamorarse, conocer…Pero en el terreno de las manualidades, cuando se trata de vivir el libro, hay muchas estrategias que nos pueden ayudar a comprobar que el libro ha sido leído, especialmente, cuando se trata de hacer estas averiguaciones con estudiantes de la educación básica.

Por ejemplo, después de leer un libro sobre él se pueden hacer cosas prácticas, de entretenimiento, de puesta en escena de habilidades (con uno de mis libro sobre las siete maravillas del mundo antiguo los estudiantes hicieron las maquetas de estas memorables obras de la humanidad,) en forma individual, pero sugiero mucho el trabajo colaborativo - por encima del trabajo grupal y el trabajo cooperativo -).

Otra actividad de goce con la lectura es la creación de guiones, libretos cinematográficos y llevarlos con los estudiantes a su práctica. Es muy divertido, puesto que surge todo un trabajo en equipo donde todos aportan y todos aprenden. El video le da vida a la nueva obra, básicamente, por afrontar un milenio donde predomina el sonido, la luz, la imagen.; y por favor, el celular, con sus programas, debe ser utilizado como recurso didáctico ( conmigo los estudiantes hicieron sus anuarios utilizando las cámaras de sus teléfonos ).

En lo relacionado con la radiodifusión, el libro puede ser llevado a los jingles favoritos de los chicos, con los efectos radiales más escalofriantes, emocionantes, apoyados en la tecnología que ofrece el ciberespacio, las autopistas de la net. Un libro como Ursúa, del colombiano William Ospina, animado en video, ilustrado con plastilina ( los perros, los caballos, la pólvora, el encuentro de los tres conquistadores, la naturaleza exótica…), o un cuento como Diles que no me maten, de Juan Rulfo, pueden ser trabajados de variadas manera para desarrollar habilidades manuales, tecnológicas y cognitivas en los estudiantes. Lo que se quiere explicar es que hoy hay que ir más allá de la obra para que los estudiantes se animen a seguir leyendo.


En síntesis, si se trata de hacer algo con el libro, además de conversar entre los lectores y el autor, es poner el contenido de la obra en contextos actuales, con estudiantes del siglo XXI, con didácticas que ayuden a modificar, a transformar las prácticas pedagógicas y el aprendizaje sea más enriquecedor y le signifique al educando. No descartemos lo tradicional (el dibujo, los sociodramas, los ficcionarios y otros. Lo que dé resultados debe perdurar con sus ajustes de acuerdo con los cambios de la vida, de la escuela). Si el libro se lee y no se hace nada con su lectura, los alumnos de alguna manera se verán privados de recordar, comprender, identificar, relacionar,hacer hipótesis, modificar, vivir la lectura. Por lo tanto, hagamos de la lectura un juego con el hacer.